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Un programa dirigido por monjas dominicas fomenta la agrupación integral en el Caribe

Mantener a la gente en el campo mediante la adquisición de conocimientos tecnológicos y la creación de nuevos puestos de trabajo es uno de los objetivos del programa Educación y Agricultura desarrollado por las Hermanas Dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Monteils, en Vallejuelo, República Dominicana, con la apoyo de la Fundación Kellogg. Esto forma parte de un esfuerzo por construir un conjunto integral de proyectos en la región que se viene desarrollando desde 2002. Ya en ese año, la Fundación financió un programa de la Fundación Azúa, San Juan y Elías Piña desarrollo (FUNDASEP) que había sido puesto en marcha por las Hermanas Dominicas con el fin de salvar a los niños y niñas locales del trabajo en el campo -sobre todo en las granjas de cebollas- y permitir su plena educación desarrollo. El trabajo de niños y niñasconsistía en regar los campos a mano, ya que el clima seco de la zona y las escasas precipitaciones no favorecen la agricultura.

Las monjas, nacidas en Brasil, llevan 11 años trabajando en el país. La desarrollo de una tecnología de irrigación local ha sustituido ahora al trabajo infantil, permitiendo a los jóvenes volver a la escuela. Las hermanas desempeñan un papel destacado papel o rol en esta iniciativa, forjando una alianza entre los agricultores, la comunidad y las autoridades públicas.

Se diseñan grupos integrales de proyectos para promover la región desarrollo a través de alianzas entre los jóvenes, la comunidad y las autoridades públicas con la intención de romper el ciclo de reproducción de la pobreza.
La capacidad que las monjas demostraron para coordinar proyectos y lograr resultados con el programa FUNDASEP fue clave en la decisión de la Fundación Kellogg de apoyo la nueva iniciativa de las Hermanas.

El municipio de Vallejuelo, situado cerca de la frontera con Haití, es uno de los más pobres de la República Dominicana. Casi el 90% de la población está formada por familias campesinas. La falta de oportunidades laborales ha hecho que el número de residentes disminuya cada año. En 1992, el municipio contaba con 40.000 habitantes; hoy son sólo 21.000. La mitad de ellos viven en la ciudad, aunque trabajan en el campo de los alrededores. Muchos de los que han abandonado la región son ahora inmigrantes ilegales en Estados Unidos.

El programa de Educación y Agricultura pretende contribuir a frenar el éxodo de la población rural poniendo en marcha iniciativas de educación y agricultura sostenible capaces de ofrecer alternativas de supervivencia y desarrollo a los agricultores de la región.

La cebolla, abundante en Vallejuelo, es el principal cultivo comercial del municipio. Sin embargo, para su cultivo se emplean técnicas primitivas de plantación y recolección incapaces de combatir las enfermedades del cultivo y garantizar la calidad. El resultado: cosechas perdidas y baja competitividad en el mercado, agravada por el secano que a menudo atrofia la desarrollo de las cebollas.

Un acuerdo entre la Fundación Kellogg y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) permitirá ahora a 2.500 agricultores recibir formación agrícola en cultivo, almacenamiento, comercialización, administración financiera, reforestación y gestión de recursos hídricos.

La Alianza Líder de Agrupaciones Integrales de Vallejuelo está formada por las Hermanas, organizaciones juveniles, asociaciones de agricultores y el Ministerio de Agricultura de la República Dominicana.


 


 

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