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Un llamamiento a la sanación ante la retórica divisoria y los actos de violencia extrema que nos afectan a todos

La tragedia de la semana pasada dejó a nuestra nación, una vez más, sumida en la tristeza, la pérdida y el dolor. Fundación W.K. Kellogg hace llegar sus condolencias a los habitantes de San Bernardino comunidad y a las familias afectadas por estos actos de extrema violencia.

A medida que avanzamos juntos, no debemos permitir que el terror o el miedo motiven nuestra respuesta. No podemos tolerar que en el discurso público y privado se utilicen palabras divisorias y narrativas destructivas sobre nuestros vecinos, ya sean de Oriente Medio, asiáticos, negros, latinos, nativos americanos, inmigrantes o refugiados. Las diferencias de apariencia y creencias religiosas no justifican la violencia y el maltrato pasados o futuros.

La Fundación Kellogg mantiene su compromiso de crear oportunidades en las comunidades para sanar los prejuicios y divisiones arraigados que nos impiden a todos progresar. Un primer paso es eliminar las narrativas que alimentan el racismo y los actos de odio y centrarse en crear una cultura que honre la dignidad inherente de todas las personas. Este sigue siendo nuestro objetivo y nuestro cometido: el futuro de nuestra nación y la bienestar de nuestros niños y niñas, familias y comunidades dependen de ello.

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